Resumen de la situación actual en México
El carbón tiene importantes ventajas como fuente de energía: tiene vastas reservas a nivel mundial, su obtención es relativamente sencilla, es fácil de almacenar en centrales eléctricas, no requiere de tuberías de alta presión y su disponibilidad no depende del clima.
De hecho, la Secretaria de Economía considera al carbón como un elemento indispensable para la seguridad energética global.
De acuerdo con BP Global, desde 2013 y hasta 2017, el consumo de carbón ha crecido tan sólo un 1%. El crecimiento ha sido impulsado básicamente por India (18 mtoe), aunque China también registró un aumento ligero (4 mtoe) en 2017, luego de tres caídas anuales consecutivas durante 2014 y 2016. Por su parte, la demanda de la OCDE cayó por cuarto año sucesivo (-4 mtoe).
Sobre proyecciones a 2022, la Administración Internacional de Energía (IEA) estima que la demanda de carbón alcanzará, en ese mismo año, 5,530 millones de toneladas de carbono equivalente (mtce), lo cual es ligeramente superior a los niveles de 2017 (Figura 1).
Esto significa que el uso del carbón se ha ido estancando a lo largo de una década, y si bien, la generación de energía a base de carbón aumenta un 1.2% por año, en el período 2016-22, su participación en relación con otros tipos de fuentes de energía cae de un 40% a poco menos del 36% para 2022.
Es así, que, a pesar de las fuertes presiones por disminuir la quema de combustibles (por motivos ambientales), el pronóstico apunta a que el consumo de carbón seguirá creciendo moderadamente a nivel mundial (IEA, 2017).